viernes, 13 de abril de 2012

Cartas a la sonrisa

Te escribo no para recriminarte
sino para preguntarte por qué me dejaste.
Añoro los infinitos paseos de tu mano,
cuando incluso en el crudo invierno
me cobjijabas caliente en tu seno.
Pero fue asomarme a la madurez
a la vida adulta tal vez,
y desvanecerte sin aviso
apartándote de mí, dejándome en el olvido.
¿Cuántas primaveras han de pasar hasta poderte recuperar?

Vago por el mundo
cual navío perdido en la mar
que ansía un faro que le pueda iluminar.
Mereces saber, que la timidez en ocasiones me invade,
no dejándome más que un poco contraer el carrillo derecho,
y de reacia que me estoy volviendo
arrugas de expresión apenas tengo.
¡Vuelve a mí y sin rencor te lo suplico!
Pues una mueca de felicidad, que antaño no debí menospreciar,
hoy quiero recuperar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario